El enfoque es fundamental para alcanzar objetivos, ya que nos permite concentrar nuestra energía y recursos en lo que realmente importa, evitando distracciones que puedan desviar nuestro camino. Al mantener una visión clara y definida, podemos tomar decisiones más acertadas y avanzar con determinación, lo que incrementa la eficiencia y facilita la superación de obstáculos.