Aprendimos a reconocer qué tareas podemos hacerlas posibles distribuyendolas, sin que haya dilación, en crear un ambiente y espacio que favorezca el desarrollo de las actividades que tenemos pendientes, sin procrastinar, estableciendo horarios, dividiendo tareas, con autoorganización y disciplina, con estímulos y recompensa, la motivación que necesitamos a diario para poder llevar las actividades a cabo y en general de todo lo que realicemos.