Aprendí que mi zona de confort es bastante cómoda, porque no tengo que hacer cosas que me requieran un esfuerzo mayor, pero que si me quedo en ella no puedo aprender cosas nuevas.
Entendí que hay diferentes fases para desarrollar un hábito, y que cuando me siento estresada por estar haciendo algo diferente es porque todavía no he llegado al punto de aprendizaje que necesito.
Me encantó el curso, sin desperdicio alguno.