La situación donde tuve dificultades en salir de la zona de estrés, fue en mi universidad, en una materia que se llama “Matemática para la computación”.
Esta materia representaba para mi un reto importante, pues no conocía más matemática que la vista en el colegio, y me enfrentaba además con el temor a un profesor que era conocido por ser muy rudo.
Al final, lo que me atrapó en la zona de estrés fue el no pensar claro, el dejarme llevar por el prejuicio inducido, y claramente, el no conocer el cómo pasar a la zona de aprendizaje.
Si tuviese la oportunidad de cambiar mi mentalidad de entonces, haría cambios específicos en tres actitudes:
- Pondría en prioridad mis metas y visión de futuro con base en mi ikigai, para centrarme en mi objetivo.
- Me concentraría en el aprendizaje olvidándome de los prejuicios.
- Utilizaría las técnicas necesarias para mi modo de aprendizaje.