Esta teoría explica un estado mental en el que una persona se siente totalmente involucrada y disfrutando lo que hace. Este estado se llama "flujo" y ocurre cuando la actividad que estás haciendo tiene el desafío justo para tus habilidades. Si es demasiado fácil, te aburres; si es demasiado difícil, te estresas.
Las características del flujo son:
Desafío y habilidades equilibrados: La actividad no es ni muy fácil ni muy difícil para ti.
Metas claras y retroalimentación inmediata: Sabes qué estás haciendo y recibes señales sobre cómo lo estás haciendo, lo que te ayuda a mejorar.
Total concentración y control: Estás completamente enfocado en lo que haces, sin distracciones.
Distorsión del tiempo: A veces, cuando estás en flujo, el tiempo parece pasar volando.
Disfrute por el placer de hacer la actividad: No haces la actividad por una recompensa externa, sino porque realmente disfrutas hacerla.
Cuando logras este estado, te sientes más feliz y satisfecho con lo que haces, lo que puede mejorar tu bienestar general.