Para crear un hábito es necesario repetir el comportamiento en la misma situación. Es importante que algo sobre el entorno en el que se realiza el comportamiento sea coherente para que pueda señalar el comportamiento. Si se elige un señalamiento o “detonador” en un contexto, por ejemplo, después del almuerzo, pensamos que no importa si comemos el almuerzo en diferentes momentos del día.
Es muy difícil romper los hábitos. La forma más fácil es controlar el entorno para que no veamos ese “detonador” que desencadena el hábito. Cualquier comportamiento repetitivo es difícil de romper, incluso cuando se está motivado para hacerlo. Si se es ambivalente acerca de romperlo, entonces tendrá menos éxito para romperlo.