La teoría del aprendizaje de William Glasser destaca la importancia del enfoque en la participación activa del estudiante, la conexión emocional y la relevancia del contenido. Promueve un enfoque centrado en el estudiante, que busca comprender sus necesidades y motivaciones para optimizar el proceso de aprendizaje. En cursos como el presente, esta teoría puede tener un impacto significativo al enfocarse en el compromiso y participación del estudiante, lo que puede llevar a un aprendizaje más significativo y duradero.