El modo difuso tiene un gran impacto en el aprendizaje y posee mucho potencial para encontrar la solución a un problema. Este modo se activa cuando no estamos enfocados en aprender una sola cosa o en algo que ya conocemos, y las conexiones mentales no son tan fuertes o evidentes. A diferencia del modo enfocado, el modo difuso se da cuando no hay muchas conexiones claras, pero podemos descubrirlas mientras realizamos otras actividades o cuando no estamos concentrados directamente en resolver el problema. Para activar este modo de pensamiento, es importante desarrollar actividades que estimulen el modo difuso, como tomar descansos, realizar tareas diferentes o simplemente relajarse. También es fundamental no olvidar la importancia del sueño, ya que durante el descanso el cerebro procesa información que más adelante puede ayudarnos a encontrar una solución. Esta es la importancia del modo difuso: nos permite acceder a ideas y soluciones desde otros ángulos, gracias al trabajo inconsciente del cerebro cuando no está estrictamente enfocado.