Los hábitos son acciones automáticas y repetitivas en nuestra vida diaria. Según Charles Duhigg, constan de tres componentes:
- Señal o disparador (cue): El estímulo que inicia la acción.
- Rutina: La acción misma.
- Recompensa: El beneficio obtenido tras realizar la acción.
Para crear un nuevo hábito, identifica la señal, establece una rutina clara y define una recompensa motivadora. Esto ayuda a tomar control de nuestras acciones y alcanzar objetivos, como aprender un nuevo idioma o hacer natación. Comprender esta estructura permite diseñar estrategias para crear o cambiar hábitos y mejorar la productividad.