Sin duda, el artículo ofrece una visión valiosa sobre cómo funciona la memoria y cómo aprovecharla para potenciar el aprendizaje. Me queda especialmente clara la importancia de las tres fases clave para consolidar el conocimiento: Codificación (cuando recibimos la información a través de los sentidos), Almacenamiento (el proceso mediante el cual esa información se fija en nuestra memoria) y Recuerdo (la capacidad de recuperar esa información con el paso del tiempo).
Este enfoque se complementa de manera interesante con la técnica del cramming o estudio intensivo a corto plazo. Aunque esta técnica puede ser útil en situaciones urgentes, su efectividad se potencia enormemente si se aplican los principios de la memorización descritos. De lo contrario, la información retenida tiende a desvanecerse rápidamente, como demuestra la curva del olvido. En resumen, aplicar estas claves no solo mejora la retención, sino que permite transformar el conocimiento efímero en aprendizaje duradero.