La curva del olvido de Hermann Ebbinghaus es fundamental para comprender cómo nuestro cerebro retiene y olvida la información con el tiempo. Esta curva muestra claramente que después de un período de estudio inicial, olvidamos una gran parte de lo aprendido si no hacemos repasos periódicos. Este fenómeno resalta la importancia de técnicas como la práctica distribuida, donde espaciar el aprendizaje a lo largo del tiempo ayuda a mantener fresco el conocimiento en nuestra memoria a largo plazo. La curva del olvido subraya la necesidad de estrategias efectivas para revisar y reforzar lo aprendido, asegurando así un aprendizaje más duradero y significativo.