Creo que es importante reconocer cómo la falta de fe en uno mismo puede ser un obstáculo silencioso, pero muy potente. He notado en mi propia vida que, cuando no confío en mis capacidades, empiezo a sabotearme sin darme cuenta. Es como si un pequeño pensamiento negativo se hiciera más grande y, eventualmente, me lleva a evitar tomar acción. El miedo al fracaso es otro factor que me ha frenado muchas veces; la idea de fallar me genera ansiedad, lo cual solo empeora la situación. Cuanto más temo fracasar, menos me esfuerzo por intentar.