Esto se debe a que, a diferencia del emprendimiento tradicional, el intraemprendimiento ocurre dentro de una estructura ya establecida, lo que reduce significativamente el riesgo personal. El intraemprendedor no suele invertir su propio capital y cuenta con recursos, procesos y respaldo organizacional, aunque también enfrenta desafíos como la necesidad de alinear sus ideas con el core-business y gestionar múltiples intereses internos.
