Aprendí que no tengo que ser perfecto ni exigirme todo o nada. Es normal distraerse o desviarse del plan. Lo importante es ser flexible, analizar mi comportamiento y entender que el entorno también influye. Si no estudio porque estoy cansado, quizás el problema no es la falta de disciplina, sino la falta de sueño. He visto que cosas como dormir bien pueden desencadenar un ciclo positivo: descanso mejor, tengo más energía, estudio con más concentración y me siento más motivado. En definitiva, estoy aprendiendo a gestionar mejor mi tiempo, mi mente y mis emociones, y eso es fundamental no solo para ser un buen estudiante, sino para vivir mejor.