Para comenzar a emprender, necesito tener una mentalidad enfocada en el emprendimiento, lo que implica estar dispuesto a asumir riesgos, aprender de los fracasos y mantener una actitud positiva frente a los desafíos. Además, es esencial contar con las competencias necesarias, que incluyen no solo la actitud correcta, sino también las habilidades prácticas y el conocimiento sobre el área en la que quiero entrar. Como fundador, debo estar preparado para identificar y aprovechar oportunidades en el mercado, respaldando mi visión con una sólida estrategia. Sé que, al principio, tendré que invertir importantes recursos, no solo económicos, sino también tiempo, esfuerzo y energía, para darle forma y dirección a mi proyecto.