Planificar tu día: Dedicar unos minutos para organizar tareas y prioridades. Levantarte temprano: Tener tiempo extra para ti antes de comenzar el día. Hacer ejercicio: Moverte un rato para sentirte con energía y despejar la mente. Leer un poco diario: Aprender algo nuevo o relajarte con buena lectura. Evitar distracciones: Dejar el celular de lado mientras trabajas o estudias. Hacer pausas: Tomarte unos minutos para descansar y volver con más enfoque. Reflexionar al final del día: Pensar qué salió bien y qué puedes mejorar.