Hay dos hábitos que me han traido beneficios extra, los últimos años. Uno es correr, aunque sea poco tiempo y de baja intensidad. Al correr, logro cuidar mi cuerpo y mantengo mi colesterol bajo, con lo que reduzco cualquier riesgo cardio vascular. Por otra parte, me ayuda a descansar: cuando corro, veo el paisaje, respiro mejor, veo a otras personas, hago mi recorrido por espacios de la ciudad que me agradan. Por último, me ayuda a despejar mi cabeza; mi trabajo es mental permanentemente y en ocasiones siento un cansancio mental horrible. Cuando salgo a correr ese cansancio mental se despeja.
El otro hábito es nadar; cuando nado, puedo desengancharme del mundo porque nadie puede buscarme y no puedo responder el celular. Además, cuando nado, debo estar atenta a la técnica, así que solo puedo concentrarme en eso. Entonces es como meditar y ejercitarme al mismo tiempo.