Formar un hábito es duro, más aún cuando uno empieza desde abajo y sin ayuda. Al principio hay motivación, sí… pero eso no dura. Lo que realmente cuenta es seguir, aunque falle, aunque cueste. Aprendí que no hay que hacerlo perfecto, solo hay que hacerlo todos los días, poco a poco. Con constancia y propósito, hasta que se vuelva parte de uno. Aunque duela, aunque no se vea el resultado de inmediato… no rendirse es el único camino.