Para poder crear un hábito es muy importante tener disciplina y objetivos claros. Dependemos mucho de nuestra fuerza de voluntad y no debemos permitir que un simple descuido eche por tierra todo el esfuerzo que hemos realizado. En otras palabras, si durante la creación de un nuevo hábito fallamos en un día o una semana, no debemos abandonarlo por completo. En cambio, debemos reforzar nuestros esfuerzos y al día siguiente dar el doble de nosotros para lograrlo.