Personalmente, he encontrado que la práctica diaria de la meditación ha sido un hábito clave en mi vida. Más allá de la tranquilidad mental que aporta, he notado una mejora significativa en mi capacidad para concentrarme en el trabajo y gestionar el estrés. Además, ha tenido un impacto positivo en la calidad de mi sueño y en mi habilidad para manejar emociones difíciles. Mantener esta rutina ha traído consigo múltiples beneficios que han enriquecido mi día a día de manera notable.