En mi caso, al crear el hábito de hacer ejercicio después del día me daba la sensación de relajación ya que descargaba todo el estrés que acumulé; otro hábito que hice fue de que todos los domingos iba a un albergue de perros que para mi consideraba un lugar de paz donde podía relajarme, reflexionar y aportar con el cuidado de perros sin hogar, dandome energías para empezar la semana al siguiente día.