Hace unos meses atrás, por no decir años, adquirí la constumbre de que cada vez que me despertaba en la mañana daba las gracias a Dios por el nuevo día que me regalaba. Y a su vez, esto dió paso a que fuese añadiendo a este hábito el de escribir un diario y leer un capítulo de la biblia, y así poco a poco el de hacer ejercicio, comer fruta al desayuno y enfocarme en la actividad importante de esa temporada de mi vida.