La gestión tradicional se enfoca en los resultados partiendo que el control lo debe tener la dirección y que lo más importante es que tanto y que tan bien se produce, más no cómo vienen esos resultados, cómo se sientes las personas involucradas frente al trabajo que hicieron y frente al producto final. Así deja descuidada la opinión, la motivación y la autonomía de los trabajadores. Esto es algo que ya no da resultados, ahora los trabajadores quieren sentirse escuchados, quieren sentirse verdaderamente parte y que aportan al resultado.