Esta clase me hizo ver que aprender no se trata solo de consumir información, sino de cómo la experimentamos. Al identificar los diferentes estilos de aprendizaje, auditivo, visual, lectura/escritura y cinestésico, entendí que cada persona tiene una forma única de captar y retener conocimiento. Aún más valioso fue descubrir que combinar estos formatos amplifica la comprensión.
La pirámide del aprendizaje nos mostró algo poderoso: enseñar lo que aprendemos no solo beneficia a otros, sino que fortalece nuestro propio entendimiento. Es un llamado a practicar el aprendizaje activo, aplicarlo, compartirlo y transformarlo en experiencia.