Con tanta información y tecnología es difícil desconectarse, pero ella necesita hacerlo, ya que es un buen momento para recargar sus baterías.
Un ejemplo es, en la mañana, organizar una lista de tareas para el día. Al crear un orden de prioridades, el cerebro forma una imagen mental de lo que debe hacerse y ya predice la satisfacción que se sentirá después de la finalización.