De pequeño siempre tuve muchas cosas. Eso me permitió disfrutar de juguetes, de ropa y hasta coleccionaba cosas.
El asunto, fue, que al tener tantas cosas, era muy desordenado y me dificultaba concentrarme en mis que haceres del colegio.
Ya mayor, en la Universidad, empecé a hacer una limpieza de mi entorno. cada semestre empecé a botar lo que no me servía, ese simple gesto, me permitió ser cada vez más ordenado. Y me ayudó a mejorar mucho mi concentración.
El hábito que cambió mi vida el Orden.