Aprovechar mejor mi tiempo: Al estar concentrada, termino mis tareas más rápido y con menos distracciones, lo que te deja tiempo libre para otras cosas importantes.
Lograr resultados de mayor calidad: Un buen enfoque me permite trabajar con más cuidado y detalle, así que cometo menos errores.
Reducir el estrés: Cuando sé en qué estoy trabajando y avanzo sin interrupciones, evito la acumulación de pendientes y la sensación de estar corriendo todo el tiempo.