Vida espiritual:
Dedicar 10 minutos al día a la meditación o a la oración. Esto puede darme claridad y serenidad para afrontar el resto del día.
Salud física y mental:
Planificar y cumplir una caminata diaria de 30 minutos. Así comienzo a moverme y también cuido mi mente al estar en contacto con mi cuerpo y el entorno.
Vida financiera:
Revisar mis gastos semanales y establecer un presupuesto sencillo. Esto me da control y reduce el estrés financiero.
Vida emocional:
Hablar abiertamente con una persona de confianza sobre mis emociones al menos una vez a la semana. Expresar y compartir me ayuda a procesar lo que siento, y eso aligera muchas otras cargas.