Después de terminar una sesión de estudio, me permito ver un episodio de mi serie favorita, escuchar música que me relaja o darme un pequeño snack que disfruto.
Tras una semana de cumplir con mis objetivos de actividad física, me regalo un paseo al aire libre, una tarde de descanso total o algo especial que estaba postergando.
Si logro avanzar bien con mis tareas importantes, planifico un tiempo para leer sin presión, salir con amigos o simplemente dedicarme a una actividad recreativa.