El modelo Kirkpatrick proporciona una estructura clara para evaluar la efectividad de la capacitación, permitiendo a las organizaciones tomar decisiones informadas basadas en datos sobre la mejora continua de sus procesos formativos. Refleja la importancia de medir no solo la satisfacción inmediata, sino también el impacto real y duradero de las capacitaciones. En un entorno empresarial competitivo, este modelo se vuelve esencial para justificar las inversiones en capacitación y asegurar que realmente contribuyan al éxito organizacional.