Lo que aprendí en esta clase fue que los hábitos son mucho más que comportamientos automáticos: son estructuras que moldean nuestra vida diaria, y comprender sus componentes —señal, rutina y recompensa— es clave para crear cambios reales. Me pareció muy útil descubrir que detrás de cada acción repetida hay un detonante y una gratificación que la sostiene. Reconocer qué me impulsa y qué me motiva me permite salir del piloto automático y diseñar hábitos más conscientes que influyan positivamente tanto en mi bienestar como en el entorno. Entendí que formar nuevos hábitos requiere intención, estrategia y paciencia, y que pequeñas acciones sostenidas pueden transformar grandes aspectos de mi vida.