Consiste en adoptar prácticas diarias que te acerquen a tus metas. Esto incluye ser constante, tener una mentalidad positiva, aprender de los fracasos y mantenerte enfocado en lo que realmente importa. Al desarrollar buenos hábitos como la organización, la perseverancia y el autoconocimiento, creamos una base sólida para alcanzar el éxito de manera continua.