El hecho de enfocarse en sí supone un reto, ya que vivimos en un mundo de constantes distracciones; un mundo donde hay sobrecarga de entretimiento, elementos distractores (véase redes sociales) y el constante bombardeo de formatos cuyo objetivo es captar nuestra atención (publicidad colorida, scroll infinito, banners aleatorios y un sin fin de mecanismos retensores de dopamina). Por esta razón, el enfoque de las actividades es clave, ya que nos permite realizar nuestras tareas con técnicas amplias para vencer a estos aparatos que estimulan el persistente devaneo.