Tal como vimos en clase, el aprendizaje requiere salir de nuestra zona de confort. Para lograrlo, necesitamos encontrar un equilibrio que nos permita sentirnos desafiados sin llegar a la frustración. Esto es precisamente lo que plantea la Teoría del Flujo del psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi.
Me parecieron muy valiosos estos cinco consejos para alcanzar ese estado óptimo al enfrentarnos a nuevos aprendizajes, y sin duda los pondré en práctica:
- Elegir un desafío acorde a nuestras habilidades: ni demasiado fácil ni excesivamente difícil, que implique un reto significativo.
- Definir una meta clara: tener un objetivo concreto nos orienta y da propósito al proceso de aprendizaje.
- Buscar un entorno propicio para la concentración: eliminar distracciones y enfocarse en una sola actividad a la vez.
- Dar seguimiento al progreso: revisar errores, celebrar logros y recibir retroalimentación constructiva.
- Ajustar el nivel de dificultad: incrementar o disminuir el desafío según nuestro avance para mantenernos en la zona de flujo.
Estos puntos me han hecho reflexionar sobre cómo puedo potenciar mi forma de aprender y mantenerme motivada. ¿Alguien más los ha probado? Me encantaría saber cómo los aplican en sus estudios.