Muy recientemente me enfrente a un reto en mi presente oficio: la necesidad de trabajar con arquitecto en obra, que ya tiene el diseño estructural del sistema hidráulico de un hogar. Usualmente en mi nación, México, se puede optar por trabajar con un plomero que tiene conocimientos artesanales y dejarle la batuta sobre cómo se ejecutaría dicha instalación, sin embargo, con el reciente empujón en el poder adquisitivo de mi nación, los clientes se han vuelto más exigentes y deciden optar por soluciones más formales que, aunque requieren de una mayor inversión para lograrlas, estéticamente y estructuralmente le garantizan una mayor seguridad al cliente.
Dedicación: a este proceso de diseño hidráulico le he dedicado la mayor parte de 4 a 6 meses. Satisfacción: en general diría que estoy en un 50/50, es muy placentero ofrecer una opción en instalación hidráulica con acabados muy profesionales, pero como no tengo una instrucción técnica, muchas veces me es difícil visualizar lo que hay en planos y trasladarlos a mi labor como plomero Conocimiento: me alegra decir que al menos estoy consciente de que las tuberías de drenaje y agua potable que instalaré en el futuro, darán a mi cliente la certidumbre de que no tendrán problemas estructurales en su obra: agrietamientos, golpe de ariete, aire en la línea, continuidad de presión en agua fría y caliente. Aplicación: pues, estoy iniciándome en este nuevo episodio, así que he de decir que, del 100% de mis trabajos, sólo el 20% necesita de dicho análisis. Resultado: instalaciones seguras, ahorros para el instalador (yo) y garantía en mano de obra a mis proyectos.