La disciplina y la constancia son más importantes que la velocidad, y potencializan el resultado. La disciplina es cuestión de hábito.
Entender que no es la velocidad sino la dirección, tener un objetivo claro y seguir a ese objetivo; y si repito una y otra vez la acción, esa constancia potencializa mi resultado.
Para la creación de un hábito, la disciplina, la constancia son la llave hasta ver potencializado el resultado.
Tres acciones para la creación del hábito: Disposición, que es el momento en el que empieza la acción; la Rutina, que es la acción que se repite, es decir, la constancia, y por último y no menos importante, la Recompensa, después de obtener un resultado positivo al final, que me motiva a continuar.
Hasta ahora, lo que venimos viendo es una secuencia de pasos para el aprendizaje, desde el Life Longlearning, pasando por el Autoconocimiento y Proposito, conociendo nuestro Estilo individual de aprendizaje, hasta alcanzar la Zona de Aprendizaje, saliendo de la zona de confort y superando el estrés para lograr el punto de equilibrio necesario para alcanzar la zona de Flujo o Flow, y por último la Disciplina.