Crear hábitos significa hacer algo de forma regular hasta que se vuelve natural o automático para nosotros.
Para que un hábito se forme, necesitamos ser constantes, y ahí es donde entra la disciplina. Si quieres acostumbrarte a hacer ejercicio, estudiar todos los días o comer más saludablemente, no siempre tendrás ganas de hacerlo. La disciplina te ayuda a hacerlo igual, aunque no tengas motivación, hasta que poco a poco se vuelva algo que haces sin pensar mucho, como cepillarte los dientes.