Todo lo que queremos en la vida tiene un costo, nada es gratis, y para alcanzar la disciplina no es la excepción, debemos de sacrificar ciertas cosas que al inicio nos va a costar el afrontarlas y dejarlas a un lado, pero debemos recordar que los resultados de toda esa entrega en el proceso para alcanzar la disciplina son demasiado gratificantes. Por eso para ser disciplinados hay que hacer lo que se debe, tengamos ganas de hacerlo o no. Y al final, esos hábitos que se crean con la disciplina se convierten en rutina, y ya podremos seguir ahí sin mucho esfuerzo.