La dilación es un mala rutina o incluso convertida en hábito, que muchos de nosotros poseemos, ya que, en un mundo digital, donde se compra la más reciente tecnología para disfrutarla y usarla, sino se sabe hacer uso de la misma, se convierte en una cárcel donde nosotros somos sus prisioneros, donde empezamos nosotros mismos a minimizar su incidencia en nuestro día a día, hasta que el asunto se convierte en un obstáculo personal y supuestamente silencioso, por haberlo ignorado y justificado reiteradamente cuando sentimos los primeros síntomas de dependencia a los distractores, existiendo además de los digitales o tecnológicos otro tipo de distracciones, pero donde los primeros suelen ser los primeros por estar en auge desde hace varios años, por lo que, el primer paso para la resolución de la dilación como problema es su reconocimiento como factor perturbador de nuestras labores diarias y el segundo un trabajo de voluntad para desaprender a dejar estos malos hábitos convertidos, incluso, en adicciones, pero que se hace necesario porque el mundo exterior no se adaptará a nuestra forma de ser, sino nosotros a este y si queremos tener buen porcentaje de compromisos cumplidos y logros alcanzados en nuestras vidas se hace necesario su abordaje y corrección.
