La dilación y la mala gestión del tiempo son enemigos silenciosos de nuestros sueños y metas. Postergar tareas y perder el control sobre cómo empleamos cada momento nos aleja de nuestros objetivos, generando estrés y frustración. Aprovechar el tiempo con disciplina y enfoque es clave para avanzar de manera efectiva y lograr lo que realmente deseamos.