La historia de Luisa nos muestra algo muy común: a veces las distracciones como las redes sociales o las conversaciones pueden parecer inofensivas, pero terminan afectando nuestro trabajo. Al principio puede parecer difícil mantener el enfoque, pero con el tiempo y una buena planificación todo mejora. Algo que me ha funcionado personalmente es establecer tiempos para cada cosa, incluyendo los momentos para descansar, revisar el celular o socializar. Así puedo cumplir con mis responsabilidades y disfrutar sin culpa. Esta historia me hizo reflexionar en cómo pequeños cambios pueden marcar la diferencia y ayudarnos a formar hábitos más saludables.