Tomo como ejemplo mi empleo anterior, una empresa dedicada a la venta de maquinarias textiles. En ella hay varios sectores: administración, ventas, soporte técnico, depósito, sistemas. Al principio estaban todos los sectores diferenciados y divididos, bajo un mismo mando, pero luego de muchos años los socios fueron tomando diferentes caminos. Uno de ellos se quedó con todos los sectores excepto sistemas, y su gestión fue altamente jerárquica, y no daba buenos resultados porque los empleados, los que tenian contacto con los clientes, eran los que podían plantear diferentes perspectivas para solucionar problemas de forma más agil, pero el jefe quería ser siempre el que diera la respuesta final. Por otro lado, los otro dos socios se unieron y tomaron el sector de sistemas, y ellos transformaron a cada empleado en socio, dandoles espacio para que compartan sus puntos de vista y así esta empresa logró crecer de manera significativa, ya que muchos de los empleados podían tomar desiciones, siempre a conciencia y no era necesario esperar a que el jefe determine si estaba bien o no el paso a seguir, todo el sector compartía sus avances en las tareas que desarrollaban y en cada desarrollo, lograban convertirse en una empresa altamente eficiente y agil. En un ambiente altamente jerárquico, los empleados se terminan acostumbrando a decir y hacer lo que su jefe les manda, sin importar que esa desición no sea la correcta e incluso los haga perder productividad.