Desayunar rico y sano: sí se puede (y no es castigo )
¿Quién dijo que comer saludable es sinónimo de aburrido? Mucha gente piensa que para llevar una buena alimentación hay que sacrificar el sabor o vivir a punta de hojas verdes y cosas “light” sin gracia. Pero la verdad es que se puede comer bien, disfrutar cada bocado y cuidar el cuerpo al mismo tiempo. Todo es cuestión de saber elegir y combinar ingredientes que no solo nutren, sino que también alegran el paladar
Uno de los momentos del día donde más se nota esta idea es en el desayuno. A veces caemos en la rutina del pan con lo que haya, o peor, en saltarnos la comida más importante del día por flojera o falta de ideas. Pero ojo, hay formas de preparar desayunos vegetarianos que te llenan, te dan energía y, lo mejor de todo, te hacen feliz desde el primer mordisco
Por ejemplo, una opción deliciosa es el clásico bowl de avena caliente, pero no cualquiera: cocida con leche vegetal, un toque de canela, rodajas de plátano, arándanos y una cucharada de mantequilla de maní. Es reconfortante, dulcecito sin necesidad de azúcar extra y te mantiene lleno por horas.
Si prefieres algo más fresco, un sándwich de pan integral con hummus, palta, tomatitos cherry y espinaca baby puede ser justo lo que necesitas. Se arma en minutos, es súper sabroso, y tiene una buena dosis de proteína vegetal gracias al hummus
Y si te gustan los sabores más “tipo postre”, unas panquecas de avena y plátano son el camino. Solo necesitas mezclar plátano maduro con avena molida, un chorrito de leche vegetal y un poquito de polvo de hornear. Las cocinas en sartén antiadherente, les pones frutas encima y tal vez un chorrito de miel o sirope de agave. ¡Nadie diría que son saludables!
Así que ya sabes: comer sano no es castigo, ni significa renunciar al gusto. Todo lo contrario, puede ser una excusa perfecta para disfrutar aún más lo que comes ¿Cuál de estas ideas probarías mañana?