a creatividad es una habilidad clave en cualquier área. No se trata solo de tener ideas originales, sino de saber ver las cosas desde distintos ángulos, imaginar nuevas soluciones y animarse a probar algo distinto, incluso asumiendo ciertos riesgos. Las personas creativas suelen ser curiosas, flexibles y con una gran capacidad para adaptarse.
También hablamos sobre la inteligencia emocional, que no es simplemente “controlar” lo que sentimos, sino entender qué nos afecta, cómo reaccionamos y cómo podemos tomar decisiones desde un lugar más consciente. Cuanto más claro tengo eso, mejor manejo tengo de mí mismo.
La asertividad, la persuasión y la negociación son fundamentales para comunicarme de forma clara y efectiva. Estas habilidades ayudan a prevenir conflictos, fortalecer relaciones y a expresarnos con más seguridad y confianza.
Algo que quedó muy claro es que el cambio es constante. Para algunas personas eso genera incomodidad, pero para otras puede abrir oportunidades. Todo depende de cómo lo enfrentemos y de nuestra actitud.
En resumen, el mercado laboral valora cada vez más las habilidades blandas. Las técnicas se aprenden más rápido, pero las interpersonales llevan tiempo y práctica. Lo bueno es que se pueden desarrollar, así que siempre hay algo nuevo que mejorar. Y si alguna vez creés que ya estás listo del todo, quizás sea momento de revisar, pedir una opinión externa y seguir creciendo.
