- Distracciones digitales (redes sociales, pop-ups, notificaciones) Fragmentan la atención y nos roban minutos valiosos sin que lo notemos.
- Interrupciones humanas (personas que te marcan o te interrumpen) Cortan el ritmo de concentración, sobre todo si trabajas desde casa o en espacios compartidos.
- Mindset fijo Esta creencia limita tu capacidad de enfrentar desafíos, lo que puede llevar al autosabotaje o a evitar tareas que demandan esfuerzo cognitivo.
- Miedo al cambio Puede detener el progreso, causar parálisis en la toma de decisiones y aumentar el estrés ante nuevos retos.
- Espacio físico inadecuado El entorno influye directamente en el rendimiento. Ruido, desorden o mala iluminación pueden afectar el enfoque.
- Problemas personales/laborales no resueltos Estos drenan energía mental y ocupan espacio emocional que impide dedicarte por completo a tus actividades.
¿Barreras que podríamos agregar?
- Perfeccionismo: La búsqueda constante de que todo salga perfecto puede generar procrastinación, bloqueos creativos y mucha autocrítica.
- Falta de claridad en objetivos: Si no tienes claro por qué haces lo que haces, tu energía se dispersa y cuesta mantener la motivación.