La barrera que más me quita el enfoque es "Situaciones o problemas aún no resueltos en el trabajo o en la vida personal". Cuando tengo preocupaciones pendientes, me cuesta concentrarme porque mi mente sigue ocupada en esos problemas.
También incluiría en la lista el agotamiento mental o físico, porque cuando estoy demasiado cansado, aunque quiera enfocarme, mi rendimiento baja mucho.