Hemos visto cuán importante es tener nuestro conocimiento actualizado de forma rápida y constante en este mundo de transformaciones.
La rapidez con que evolucionan las tecnologías y las necesidades del sector salud, en particular en servicios críticos como SAMU, nos obliga a mantenernos en aprendizaje continuo. La infraestructura tecnológica y de telecomunicaciones que soporta la atención prehospitalaria debe ser confiable, segura y adaptarse a nuevas herramientas para mejorar la eficiencia y calidad del servicio.
¿Qué habilidad era fundamental hace 5 años y ahora no lo es?
Hace cinco años, una habilidad clave para los profesionales de redes y telecomunicaciones en SAMU era el manejo exclusivo de redes cableadas y sistemas tradicionales de comunicación telefónica. Hoy, sin embargo, la integración de sistemas IP para llamadas VoIP, el uso de plataformas digitales para gestión de emergencias y el monitoreo remoto de equipos son esenciales. Además, la configuración y mantenimiento de sistemas tradicionales sin comprender las nuevas tecnologías digitales y la virtualización ya no es suficiente para garantizar la continuidad operativa.
En tu mercado laboral, ¿Qué está cambiando? ¿Qué debería ser un punto de estudio ahora?
En el contexto de SAMU y servicios de emergencia, los cambios más relevantes incluyen:
- Implementación y administración de redes IP y sistemas VoIP para mejorar la comunicación entre operadores y equipos de campo.
- Ciberseguridad, para proteger los datos sensibles de pacientes y garantizar la integridad de las comunicaciones.
- Herramientas de monitoreo y gestión remota (como Advanced IP Scanner y Sinetsur), para la detección temprana de fallas y mantenimiento preventivo.
- Integración de plataformas digitales para la gestión de emergencias, incluyendo sistemas de geolocalización y registro en tiempo real.
- Capacitación en sistemas de respaldo y continuidad operacional, para asegurar que el Call Center SAMU mantenga el servicio incluso ante fallas o incidentes.
Por tanto, un punto de estudio actual y prioritario debe ser el fortalecimiento en estas áreas tecnológicas, combinando conocimientos técnicos con la comprensión de las necesidades específicas del sector salud y emergencias.
Además, el desarrollo de habilidades blandas como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo y la gestión del estrés, son fundamentales para un entorno tan crítico como el de SAMU.
Adaptarse y actualizarse no es solo una exigencia tecnológica, sino un compromiso con la calidad del servicio y la vida de las personas a las que se atiende.