Hace cinco años, habilidades como el dominio básico de software ofimático (Word, Excel, PowerPoint) o el conocimiento general de las redes sociales eran diferenciales. Ahora, estas habilidades se han convertido en básicas o estándar, ya que la mayoría de los profesionales las dominan. Además, tareas repetitivas y operativas, como el procesamiento de datos sin análisis profundo, han sido automatizadas gracias a herramientas más avanzadas y accesibles.