Definir el objetivo general:
Qué quiero lograr o aprender exactamente.
Identificar subtemas o habilidades necesarias:
Dividir el objetivo en partes más pequeñas y específicas. Por ejemplo, si es aprender a usar una herramienta nueva, separar en:
Conocer la interfaz.
Aprender funciones básicas.
Practicar tareas comunes.
Resolver problemas frecuentes.
Establecer metas concretas para cada bloque:
Fijar qué lograré en cada sesión o período de estudio. Por ejemplo: "Hoy aprenderé a navegar por la interfaz y entender los menús principales."
Asignar tiempos y recursos:
Decidir cuánto tiempo dedicaré a cada bloque y qué materiales usaré (videos, lecturas, ejercicios prácticos).
Evaluar y ajustar:
Al final de cada bloque, hacer una pequeña autoevaluación o práctica para verificar lo aprendido y, si es necesario, repetir o ajustar antes de avanzar.