Para romper conceptos en bloques pequeños y organizar el aprendizaje, se pueden seguir estos pasos, basados en los ejemplos del curso:
Identificar el objetivo final: Define qué quieres aprender en última instancia (ej: dominar un idioma, cocinar un plato complejo, programar una página web).
Dividir la tarea en sub-habilidades: Desglosa el objetivo en partes más pequeñas y manejables (ej: aprender vocabulario básico, practicar cortes de vegetales, crear funciones individuales de código).
Aprender los fundamentos: Comienza por los bloques de conocimiento más básicos (ej: sustantivos, verbos, preposiciones; tipos de cortes; sintaxis básica de un lenguaje de programación).
Construir gradualmente: Une los bloques básicos para formar conceptos más complejos (ej: oraciones, párrafos, historias; recetas; funciones complejas).
Practicar y conectar: Aplica los conocimientos en situaciones reales, conectando diferentes áreas para lograr el objetivo final (ej: hablar en situaciones cotidianas, cocinar un plato completo, crear una aplicación web).
Buscar diversas fuentes: Complementa el aprendizaje con información de diferentes autores, libros, opiniones, etc., para enriquecer los bloques de conocimiento.
Dar tiempo para sedimentar: Permite que el conocimiento se asimile y se consolide en la memoria a largo plazo.
Este enfoque gradual y estructurado facilita la comprensión y el aprendizaje profundo, permitiendo abordar tareas complejas de manera más efectiva.